
¿Te has sentido alguna vez incómodo/a al decir “no” a alguien o al expresar tu opinión en situaciones cotidianas? ¿Te gustaría ser más seguro/a y eficaz en tus interacciones sociales? La asertividad es una habilidad social que te permite comunicar tus pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa, sin dejar de considerar los derechos de los demás. En este artículo, te explicamos qué es la asertividad y cómo puedes aplicarla en situaciones cotidianas, tanto en el ámbito personal como profesional. Descubre los beneficios de ser más asertivo/a y aprende algunas técnicas para mejorar tu comunicación interpersonal. ¡No te lo pierdas!
20 ejemplos de asertividad
La asertividad es una habilidad social muy importante en la vida cotidiana. Consiste en expresar nuestras necesidades, deseos, opiniones y sentimientos de forma clara, directa y honesta, sin agredir ni someternos a los demás. La asertividad nos permite relacionarnos de manera equilibrada, respetuosa y eficaz con los demás, evitando conflictos, manipulaciones y malentendidos. En este artículo te ofrecemos 20 ejemplos de asertividad que puedes aplicar en situaciones cotidianas.
1. Decir “no” sin sentir culpa ni vergüenza
Si alguien te pide algo que no quieres o no puedes hacer, es legítimo y saludable decir “no” sin justificarte ni mentir. Por ejemplo: “Lo siento, pero no puedo prestarte dinero en este momento”.
2. Pedir ayuda o apoyo cuando lo necesitas
Si tienes dificultades, problemas o dudas, es adecuado pedir ayuda o apoyo a las personas que puedan ofrecértelo. Por ejemplo: “Me gustaría que me ayudaras a resolver este problema, ¿podrías dedicar un rato a escucharme y aconsejarme?”
3. Expresar tus sentimientos sin culpar ni insultar
Si te sientes triste, enfadado, decepcionado o preocupado, es sano y justo expresar tus sentimientos de forma clara y respetuosa, sin culpar ni insultar a nadie. Por ejemplo: “Me siento triste porque siento que no me escuchas cuando hablo de mis problemas, me gustaría que me prestases más atención”.
4. Defender tus derechos sin violar los derechos de los demás
Si alguien te trata de forma injusta, irrespetuosa o abusiva, es importante defender tus derechos y límites de forma firme y constructiva, sin violar los derechos de los demás ni provocar una escalada de agresividad. Por ejemplo: “No acepto que me hables así, te pido que moderes tu tono y hablemos con respeto y calma”.
5. Negociar soluciones justas y razonables
Si tienes un conflicto o desacuerdo con alguien, es conveniente buscar soluciones que sean justas y razonables para ambas partes, en lugar de imponer tus criterios o ceder a los del otro sin más. Por ejemplo: “Comprendo que tengas esa opinión, pero yo también tengo derecho a mi punto de vista, ¿qué tal si buscamos un término medio que nos satisfaga a ambos?”
6. Explicar tus razones y motivos sin justificarte excesivamente
Si alguien te pide explicaciones o razones sobre tus decisiones o actitudes, es adecuado ofrecerlas de forma clara y concisa, sin justificarte excesivamente ni sentirte obligado a dar explicaciones innecesarias. Por ejemplo: “He tomado esta decisión porque creo que es lo mejor para mí y para los demás, no necesito dar más detalles al respecto”.
7. Aceptar y dar cumplidos sin falsedad ni ironía
Si alguien te hace un cumplido o una crítica constructiva, es importante aceptarlo o darlo de forma sincera y honesta, sin fingir ni ironizar. Por ejemplo: “Gracias por tus palabras, me alegra saber que te ha gustado mi trabajo” o “Agradezco tus consejos, tomaré en cuenta lo que me has dicho”.
8. Expresar tus preferencias sin desvalorizar las de los demás
Si tienes preferencias o gustos diferentes a los de los demás, es válido y respetable expresarlos sin desvalorizar ni menospreciar los de los demás. Por ejemplo: “A mí me gusta más el cine de terror que el de comedia, pero respeto que tú prefieras lo contrario”.
9. Rechazar críticas destructivas o injustas sin agredir
Si alguien te critica de forma destructiva o injusta, es importante rechazarla de forma asertiva y constructiva, sin agredir ni caer en su juego. Por ejemplo: “No estoy de acuerdo con lo que dices, creo que estás exagerando y generalizando, pero respeto tu opinión y espero que tú también respetes la mía”.
10. Pedir explicaciones o aclaraciones sin acusar ni juzgar
Si alguien te dice algo que te resulta confuso o ambiguo, es razonable pedirle que te lo aclare o explique con más detalle, sin acusar ni juzgar sus intenciones. Por ejemplo: “No entiendo muy bien lo que quieres decir, ¿podrías explicármelo con más claridad?”
11. Dar tu opinión sin imponerla ni menospreciar la de los demás
Si te piden tu opinión sobre un tema, es válido y enriquecedor darla de forma sincera y respetuosa, sin imponerla ni menospreciar la de los demás. Por ejemplo: “En mi opinión, creo que sería más efectivo hacerlo de esta manera, pero estoy abierto a escuchar otras ideas y puntos de vista”.
12. Agradecer y valorar la colaboración y el esfuerzo de los demás
Si alguien te ayuda o colabora contigo de alguna manera, es importante agradecerle y valorar su esfuerzo y dedicación, reconociendo su mérito y motivándolo a seguir haciéndolo. Por ejemplo: “Gracias por tu ayuda, sin ti no habría sido posible terminar a tiempo, valoro mucho tu compromiso y tu buena disposición”.
13. Pedir disculpas sin excusas ni evasivas
Si has cometido un error o has hecho daño a alguien, es justo y necesario pedir disculpas de forma sincera y directa, sin excusas ni evasivas. Por ejemplo: “Lo siento mucho por lo que te hice, me he equivocado y no volverá a pasar, espero que puedas perdonarme”.
14. Rechazar chantajes o manipulaciones sin ceder a ellas
Si alguien intenta chantajearte o manipularte para conseguir algo que no quieres o no puedes dar, es importante rechazarlo de forma firme y asertiva, sin ceder a sus presiones ni sentirte culpable. Por ejemplo: “No acepto que me presiones de esa manera, yo tengo derecho a decidir libremente y sin coacciones, espero que puedas respetarlo”.
15. Establecer límites claros y respetar los de los demás
Si quieres evitar abusos, conflictos o malentendidos en tus relaciones, es fundamental establecer límites claros y respetar los de los demás, comunicándolos de forma abierta y sincera. Por ejemplo: “No me siento cómodo cuando me faltas al respeto, espero que puedas hablar conmigo con calma y educación, como yo lo hago contigo”.
16. Afrontar tus miedos y enfrentar tus desafíos
Si quieres desarrollar tu asertividad y tu autoestima, es necesario afrontar tus miedos y enfrentar tus desafíos, superando tus limitaciones y creciendo como persona. Por ejemplo: “Voy a hablar con mi jefe para pedirle un aumento de sueldo, aunque me dé miedo y no esté seguro de conseguirlo, porque creo que tengo derecho a ello y puedo argumentarlo con firmeza”.
17. Escuchar con atención y empatía a los demás
Si quieres ser un buen comunicador y un buen negociador, es esencial escuchar con atención y empatía a los demás, valorando sus puntos de vista y mostrando interés por sus necesidades y deseos. Por ejemplo: “Comprendo que te sientas así, me parece interesante tu perspectiva, ¿podrías explicármela con más detalle?”
18. Comunicar tus expectativas y tus objetivos de forma clara y realista
Si quieres que los demás te entiendan y te apoyen en tus proyectos, es importante comunicar tus expectativas y tus objetivos de forma clara y realista, sin exagerar ni minimizar las dificultades. Por ejemplo: “Mi objetivo es terminar este proyecto en un mes, pero sé que puede haber imprevistos y retrasos, por lo que necesito tu colaboración y tu compromiso para lograrlo juntos”.
19. Reconocer y aceptar tus limitaciones y tus errores
Si quieres aprender y mejorar como persona, es fundamental reconocer y aceptar tus limitaciones y tus errores, sin negarlos ni culpar a los demás. Por ejemplo: “Cometí un error al no cumplir con mi parte del proyecto, reconozco que me dejé llevar por la pereza y la procrastinación, pero estoy dispuesto a remediarlo y a aprender de esta experiencia”.
20. Celebrar tus logros y tus éxitos sin arrogancia ni vanidad
Si quieres mantener una actitud positiva y motivadora hacia ti mismo y hacia los demás, es importante celebrar tus logros y tus éxitos de forma humilde y agradecida, sin caer en la arrogancia ni la vanidad. Por ejemplo: “Me siento muy orgulloso de haber conseguido este premio, pero sé que no lo habría logrado sin el apoyo y la confianza de mis amigos y familiares, gracias a ellos por estar siempre a mi lado”.
La asertividad es una habilidad social que nos permite comunicarnos de manera clara y respetuosa, expresando nuestros pensamientos, emociones y necesidades sin agredir a los demás. En situaciones cotidianas, la asertividad puede ser muy útil para resolver conflictos, establecer límites y mejorar nuestras relaciones interpersonales.
Para aplicar la asertividad en situaciones cotidianas, es importante tener en cuenta algunos consejos prácticos. En primer lugar, es fundamental ser conscientes de nuestros derechos y respetar los derechos de los demás. Esto implica no permitir que nos falten al respeto, pero también evitar faltar al respeto a los demás.
Por otro lado, es necesario aprender a expresar nuestras emociones de manera clara y sin agredir a los demás. En lugar de decir “me estás molestando”, podemos decir “cuando haces eso, me siento incómodo/a”. De esta manera, estamos expresando lo que sentimos sin culpar a la otra persona.
Otro consejo importante es aprender a decir “no” de manera asertiva. Muchas veces, por miedo a defraudar a los demás o a perder su aprobación, nos cuesta decir “no” cuando alguien nos pide algo que no queremos hacer. Sin embargo, es importante aprender a decir “no” de manera clara y respetuosa, sin sentirnos culpables.